Formas de medir la productividad de los magistrados o jueces

Formas de medir la productividad de los magistrados o jueces

El modelo para medir la productividad y calidad cubre todos los aspectos del sistema de Justicia, así como las metodologías rigurosas normalmente disponibles en el mercado para evaluar la calidad de los bienes y servicios.

En este contenido verá que este modelo está estructurado en tres niveles, que deben ser considerados juntos para efectos de medición.

También le mostraremos que pueden utilizarse softwares especializados para la gestión judicial, como el SAJ, el cual permite hacer un seguimiento de las actuaciones en tiempo real del expediente digital, gracias a su tecnología en la nube.

Centrarse solo en uno o dos de estos niveles permitiría solo una evaluación parcial de la calidad de los magistrados o jueces.

Sin embargo, una vez que se realiza la medición de la calidad, y dependiendo de los resultados de la evaluación y las prioridades de intervención, por supuesto será posible tomar las medidas y pasos necesarios para fortalecer la calidad en cada nivel individual.

Antes de proceder a la descripción de la metodología y revisar los indicadores para cada uno de los tres niveles de medición de la calidad, puede ser útil enumerar posibles áreas donde se pueden aplicar:

En todo el sistema judicial de un país.

En algún componente o sector (en la justicia civil, penal, administrativa).

En un área que incluye uno o más Tribunales (región, distrito).

En las salas de casación.

¡Siga leyendo! Ahondaremos más en este tema.

5 razones por la que medir la productividad es importante

Podemos hablar de cinco razones por las que medir la productividad y el desempeño es importante en el sector judicial:

La percepción del desempeño de los Tribunales, incluso la de los internos, tiende a ser inexacta. Por este motivo, la disponibilidad de datos empíricos ayuda a mantener un debate más objetivo.

La multiplicidad de indicadores, definidos con actores externos, permite a los Tribunales tener en cuenta las preocupaciones de una variedad de constituyentes. Esto incluye a las partes, los abogados, los testigos, el público y las autoridades financieras.

La claridad sobre los objetivos de prestación de servicios puede alentar al personal a ser más creativo para alcanzarlos.

Los datos empíricos son invaluables para la preparación, justificación y presentación del presupuesto.

Si los Tribunales no miden su desempeño o presentan sus objetivos, esto socava la legitimidad del Poder Judicial en el manejo de sus propios asuntos. El Ministerio de Justicia y el Poder Judicial, cada uno por su propia competencia y responsabilidad, deben ser capaces de defender su propio presupuesto y su independencia mostrando su nivel de desempeño.

3 niveles para medir la productividad en jueces y magistrados

¿Cómo se mide la productividad de jueces y magistrados? Fundamentalmente, cumpliendo tres niveles.

Nivel 1: Medición de la calidad de los procesos y decisiones

Verificar la calidad de la Justicia con los datos recogidos periódicamente a través de los sistemas de medición estadística es una práctica común y sólidamente establecida para medir la productividad.

Esta información permite conocer la duración de los trámites, los flujos y cargas de trabajo, y muchos otros aspectos relacionados con el desempeño.

Toda esta información puede ser recabada mediante un sistema de gestión Judicial como el del SAJ, donde se podrán ver todas las actuaciones, fechas y actualizaciones en tiempo real.

Ahora bien, este ejercicio se vuelve más complejo cuando se desea identificar áreas de calidad dentro del «proceso de toma de decisiones» del procedimiento. O también, sobre el fondo de las decisiones tomadas.

En muchos ordenamientos jurídicos, este tipo de análisis lo realizan los órganos de control y los distintos grados de juzgamiento.

Sin embargo, el objetivo de estas actividades no es dar una certificación de calidad, sino asegurar el cumplimiento de las normas y obligaciones aplicadas a la función judicial, en cuanto a su conformidad con el marco jurídico, con consecuencias tanto para la valoración profesional como para la acción disciplinaria.

Para evitar malentendidos desafortunados, es importante aclarar el alcance del método. Tenga en cuenta estas limitaciones:

Medición de las actuaciones

La metodología propuesta no pretende entrar en el fondo de las decisiones y no pretende inventar extraños algoritmos que sean capaces de medir la calidad intrínseca de las decisiones tomadas por un magistrado o juez. Solo busca medir la productividad de sus actuaciones.

Esto no excluye la posibilidad de medir lo que está alrededor de la decisión y que podría reducir los riesgos de una mala calidad de esta última.

Condicionantes institucionales

La metodología propuesta pretende ser aplicada a un amplio número de elementos de la “justicia como servicio”, que son complementarios al propio proceso resolutorio.

Teniendo en cuenta que en una sociedad democrática se determina un nivel fijo de calidad sobre la base de un denominador común, que son las leyes vinculantes y la jurisprudencias en la materia —además de los principios fundamentales que emanan de las constituciones tradicionales de los Estados— la cuestión de la calidad de los procesos y decisiones debe buscarse a la luz de estos objetivos y condicionantes institucionales.

Elementos cuantificables

Podemos identificar todos los elementos esenciales de la calidad como factores imprescindibles para medir la productividad intrínseca de la jurisdicción. Estos elementos son los siguientes:

Equidad de los procedimientos.

Duración razonable del proceso.

Publicidad de la sentencia o resolución y la transparencia del proceso.

Protección de los menores (y de otros sujetos a los que conviene prestar una forma de asistencia).

Comprensibilidad de la acusación, el curso del procedimiento y de las sentencias o resoluciones.

Derecho a la asistencia jurídica y el acceso a la Justicia en general.

Asistencia jurídica gratuita (cuando se cumplen todas las condiciones).

Nivel 2: Medición del desempeño de los servicios judiciales

Medir la productividad y el desempeño de los servicios judiciales reviste especial importancia para las Instituciones de Justicia, ya que constituye una fuente de información de gran interés para la sociedad en su conjunto.

En particular, el interés por las estadísticas relativas al desempeño judicial responde a las siguientes necesidades de las sociedades democráticas:

1. Aportan datos

Son una fuente de información para los diversos aspectos de los servicios judiciales, evaluados según un método científico y analítico.

2. Tienen impacto social y económico

Resultan de gran utilidad social y económica, dada la importancia que los procedimientos judiciales tienen en la vida de las personas, familias y empresas y en sus relaciones.

3. Son claves para la comunidad internacional

Forman parte de los instrumentos utilizados por los organismos internacionales para evaluar la eficiencia sistémica de un país y la implementación efectiva de las reformas.

En particular, proporcionan una medida objetiva del nivel de respeto a los derechos humanos.

4. Favorece la organización judicial

Las mediciones constituyen un instrumento indispensable para la organización judicial —ya que se utiliza el análisis del número de procesos civiles y penales— y deben usarse aún más para optimizar las elecciones organizativas en cuanto a medios y recursos.

Métricas necesarias

Ahora bien, un buen sistema de evaluación del desempeño del sistema de Justicia no puede limitarse a los principales indicadores (duración, atraso, etcétera) que describen los servicios, aunque a nivel internacional estos sean de gran interés para describir la relación entre los ciudadanos y la administración pública.

El sistema debe ser completo y se debe partir del supuesto de que existen diversas formas de ejecución, más allá del “producto final”, o sentencia.

Ciertos indicadores de servicio son de carácter general y, por lo tanto, pueden referirse a actividades y funciones que no están directamente relacionadas con la actividad judicial.

Tenga en consideración estos elementos al escoger las métricas o indicadores para su medición en este nivel:

Una de las métricas de servicio relacionados con los registros de los Tribunales podría basarse en el tiempo promedio necesario para el pago de servicios y suministros.

El nivel del sistema de indicadores debe ser abordado de acuerdo con su pertinencia y selectividad. Los indicadores son relevantes si brindan información útil para la toma de decisiones en campos críticos para la gestión de los Tribunales y si se relacionan con los fenómenos de mayor impacto en la productividad.

Deben proporcionar información concisa, pero significativa, para facilitar la identificación de soluciones alternativas.

Los indicadores, en general, también deben ser selectivos. La existencia de demasiadas variables a monitorear crea un sistema difícil de manejar, que incluso puede resultar inútil.

Conviene centrarse en las variables que hagan posible la realización de objetivos predefinidos, es decir, aquellas que mejoran la descripción del fenómeno estudiado.

Nivel 3: Estudios de investigación sobre el desempeño de Jueces y Magistrados

Independientemente del método adoptado para medir la calidad de un servicio judicial, es importante considerar el feedback de los Jueces y Magistrados para evitar problemas clave en sus funciones.

Por ejemplo, según el estudio hecho por el Ministerio de Justicia del Reino Unido titulado «Las fortalezas y habilidades del Poder Judicial en los Tribunales«; se entiende que la retroalimentación brindada en esta investigación sentó las bases para determinar cuáles fueron los potenciales inconvenientes dentro del flujo de trabajo.

En paralelo, se encontraron puntos claves a mejorar del funcionamiento de Jueces y Magistrados. Este tipo de estudios oficiales deben ser tomados en cuenta para optimizar la calidad del servicio de los funcionarios.

Sin duda, las opiniones de los profesionales en la materia son un parámetro de calidad para medir la productividad de un Juez o Magistrado, de todo el proceso jurídico y del flujo de trabajo legal al que estuvo sometido por un tiempo determinado.

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