Transformación digital en la Justicia: avances hacia la modernización del área

La transformación digital en la Justicia, a través de las tecnologías de la Información y Comunicación —TIC— y de los softwares para la automatización de flujos de trabajo, redunda en una mejora de la eficiencia, rendición de cuentas, confiabilidad y fomenta la participación y el compromiso ciudadano.

Estas innovaciones a la vanguardia deben usarse para garantizar, a su vez, la promoción del desarrollo sostenible de Instituciones efectivas responsables en todos los niveles.

Los desarrollos actuales de la Justicia electrónica, como los expedientes digitales, notificaciones por diversos medios virtuales, sentencias dictadas y registradas en los programas como, por ejemplo, el SAJ, han mejorado los procesos y han dado como resultado una gestión e incorporación de casos más clara y organizada.

Instituciones como la Jurisdicción Especial para la Paz —JEP— de Colombia, ya se encuentran en un tren de Justicia imparable, logrando digitalizar el 100% de sus actuaciones.

Asimismo, en México, lograron un aumento de casi el doble en la adopción del expediente electrónico, herramientas para presentar demandas y/o promociones, entre otros actos jurídicos en los Poderes Judiciales locales.

En definitiva, la transformación digital en este sector es un fiel reflejo de lo que es la sociedad hoy en día, donde aquello que no esté digitalizado, prácticamente es sinónimo de improductivo.

Justo por su gran importancia, hemos elaborado este contenido donde explicaremos cómo se está llevando a cabo este cambio y cuáles son las ventajas de adoptar esta novedosa metodología de trabajo.

¡Continúa hasta el final!

¿Cómo se está transformando el sector de Justicia?

El derecho a la defensa y del acceso a la Justicia están catalogados como Derechos Humanos, debido a que le garantiza a los ciudadanos la oportunidad de ser escuchados, defendidos y que nadie los juzgue sin tener una causa de por medio que determine su culpabilidad.

Existe una relación entre tecnología y sociedad, donde la primera busca ser la solución a los desafíos sociales.

No obstante, el concepto de Justicia Digital puede conciliar estas dos caras, conectando la tecnología, factor crítico en el desarrollo humano, con nuestras aspiraciones de Justicia social y un mayor equilibrio entre las economías.

Es así como esta terminología se ha ido replanteando al pasar de los años, y ahora busca fomentar la innovación que tenga valor social y, a su vez, sea ambientalmente sostenible.

Un ejemplo es la Jurisdicción Especial para la Paz —JEP— de Colombia, quienes han digitalizado el 100% de sus actividades dentro de la institución, donde más de 300 mil víctimas se han acreditado ante la Jurisdicción. Esta Institución se apoyó en las funcionalidades del SAJ, un software de gestión judicial, que controla todo el trámite procesal.

La JEP creó un proyecto denominado “Justicia más digital”, el cual fungió como el centro del desarrollo de soluciones electrónicas para su posterior implementación de gestión judicial, documental y de medios que permitirán un mayor acceso, transparencia y seguridad.

¿Cuáles son los problemas a los que se enfrenta?

Al observar el informe del Word Justice Project, encontramos que el 84.7% de la población mundial, lo que representa aproximadamente 6.5 millones de personas, en situación de vulnerabilidad frente a los servicos judiciales.

La dificultad de hacer valer sus derechos puede resultar en un ciclo de declive dentro de las comunidades vulnerables, lo que alimenta un círculo vicioso de problemas legales.

Entonces, los principales desafíos que viene a solventar la transformación digital en el área Judicial son:

  • Falta de accesibilidad y de transparencia;
  • Grandes demoras en los procesos;
  • Problemas en la rendición de cuentas;
  • Optimización del flujo laboral dentro de los Juzgados;
  • Evitar que los expedientes sean dañados o que de mala fe, obren para sustraer una documentación importante.

Por otro lado, los problemas jurídicos cuestan del 0.5% al 3% del PIB, lo que representa una carga directa para el Estado.

A ciencia cierta, ¿qué tecnología es la indicada para solventar estos desafíos?

Una transformación digital en la Justicia requiere de la implementación de un software para la automatización de tareas en instituciones del Poder Judicial y que coadyuven en el desenvolvimiento de actividades tanto para los funcionarios internos y magistrados como para abogados, procuradores, entre otros.

En concreto, es una solución que atiende de manera integrada las necesidades de las Instituciones del Poder Judicial; desarrolla un ecosistema de Justicia integrado conformado por: 

  • Tribunales;
  • Ministerios Públicos/Fiscalías;
  • Abogacía pública y privada;
  • Ciudadanos.

Claro está que es una referencia de informatización con la aplicación del Big Data, Analytics e Inteligencia Artificial, promoviendo una significativa reducción en los tiempos de trámite de los procesos, aumento del ahorro en los recursos materiales y optimización de mano de obra gracias al uso de los procedimientos y expedientes digitales.

También encontramos a las Tecnologías de la Información y Comunicación —TIC, que son piezas clave de la sociedad actual. Están presentes en todos los rincones, en esferas privadas y públicas, de forma definitiva.

Su principal objetivo es mejorar la interacción entre personas e Instituciones como nunca antes se había visto. 

La absorción de nuevas tecnologías que permitan prever y solucionar problemas de larga data en aras de mejorar la prestación de servicios judiciales es una necesidad urgente.

¿Qué está ganando la Justicia al digitalizarse?

Este tipo de programas informáticos tienen una larga trayectoria con proyectos innovadores que llevan a la sociedad a una Justicia ágil, sencilla, transparente y, además, promueven un buen desarrollo económico del Estado y una mejor utilización de la inversión pública en el Poder Judicial.

Lo que la Justicia gana al digitalizarse pasa por varios puntos, desde los más básicos, como eliminar el uso intensivo del papel, realizar notificaciones electrónicas, la posibilidad de teletrabajo y las audiencias en línea; hasta aspectos de mayor complejidad como la generación automática de estadísticas y el uso del procesamiento computacional para la toma de decisiones.

Dicho esto, ahora vamos a conversar sobre las 4 beneficios más resaltantes:

1. Interoperabilidad e integración entre instituciones

La Justicia Digital, por lo tanto, no representa únicamente la última instancia de la solución a los desafíos que hemos planteado, más bien, se posiciona como una gran facilitadora de la interacción entre las entidades involucradas y un catalizador para que todos los usuarios de los servicios misionales de las Instituciones de Justicia, gocen finalmente de una amplia integración entre sistemas, garantizando el éxito en la solución de sus problemas a través de la comunicación ágil entre las partes interesadas.

2. Mayor procesamiento de volúmenes de procesos

Los grandes volúmenes de procesos representan un desafío que todos los Juzgados y Tribunales Superiores necesitan resolver.

Un claro ejemplo fue en 2015, cuando en los Tribunales brasileños habían alrededor de 100 millones de procesos judiciales, en su gran parte en papeles. Solamente el Tribunal de Justicia de Sao Paulo había en sus archivos aproximadamente 25 millones. Con todos los expedientes judiciales físicos se consumía una enorme cantidad de papel, además de requerir un gran espacio físico y dinero para su almacenamiento.

3. Estadísticas en tiempo real

La transformación digital en lo jurídico también tiene la posibilidad de permitir análisis descriptivos y diagnósticos, así como análisis predictivos y prescriptivos; esto lo hacen mediante un análisis basado en la ciencia de datos, lo que nos deja en un panorama de gran confiabilidad. Acá encontramos:

  • Indicadores de productividad y litigiosidad;
  • Seguimiento de la tasa de evacuación o congestión;
  • Control del número de casos nuevos y finalizados, y su ubicación;
  • Números relacionados a los datos del proceso: audiencias, citaciones, informes, autos, entre otros.

4. Reducción en el tiempo de trámites

La cantidad de tiempo que duran los procesos es un problema latente ya que, antes de la adopción del proceso digital, los trámites tardaban demasiado considerando diversos procedimientos analógicos que eran realizados.

Actividades como el reparto o la incorporación de nuevos autos en las causas, tardaban más de 20 minutos en promedio.

¿Te preguntas cuánto tardan ahora? Tan solo alrededor de 2 minutos.

Otro Estado que incorporó soluciones digitales fue México. Durante la pandemia solo 5 tenían herramientas para recibir demandas y promociones en línea, actualmente más de 23 poseen esta tecnología.

Conclusión

En definitiva, los sistemas de Justicia cumplen una función importante asegurando la equidad social y el respeto a los derechos fundamentales.

Por lo tanto, si funciona bien, no solo ayudan a las personas a ejercer y hacer valer lo que por ley les corresponde, también es un elemento clave que facilita la inversión y, de hecho, puede impulsar el desarrollo económico.

Si quieres aprender más sobre la evolución del sistema jurídico, lee nuestro post acerca de las nuevas tecnologías y sus impactos en la Justicia.