Latinismos jurídicos: qué son y ejemplos

Latinismos jurídicos: qué son y ejemplos

En el ámbito del Derecho es común encontrarnos con latinismos jurídicos como un lenguaje particular que se ha mantenido a lo largo de los siglos y que aún hoy en día sigue presente en diversas normativas y documentos legales.

Esta referencia, recae sobre los términos provenientes del latín que se utilizan para expresar conceptos y principios legales de manera precisa y con un significado específico.

Más allá de las innovaciones que han traído las herramientas de Justicia digital, este modo particular de expresión entre los profesionales del Derecho se ha mantenido a lo largo del tiempo, e incluso algunos ejemplos ya forman parte de la comunicación oral cotidiana.

Pero, ¿Cuál es la razón principal de este comportamiento? Acompáñenos a conocer los fundamentos básicos de los latinismos jurídicos y cuáles son los más utilizados para la interpretación de documentos legales.

¿Qué son los latinismos jurídicos?

Un latinismo jurídico es un término o expresión que tiene su origen en la lengua latina y se emplea en el ámbito del Derecho para denotar conceptos legales precisos. De forma general, se usan en diversos documentos legales, como contratos, sentencias, escrituras y leyes.

A pesar del paso del tiempo, estos términos continúan utilizándose debido a su claridad, concisión y a la tradición jurídica que representan. Por lo cual, su conocimiento es fundamental para quienes se dedican a la práctica legal o el estudio del Derecho.

15 ejemplos de latinismos jurídicos y su respectivo significado

Como parte de las generalidades legales, es común encontrar latinismos jurídicos escritos en las leyes de México y de casi cualquier otro país.

A continuación, presentamos una guía útil para comprender estos términos y facilitar la interpretación de documentos legales, con los ejemplos más relevantes y su correspondiente significado:

  1. Actus reus: se traduce como «acto delictivo» y se emplea para describir la acción u omisión que constituye un delito, es decir, la conducta ilegal que es penalmente relevante.
  2. Ad hoc: se emplea para designar algo que ha sido creado o adaptado específicamente para un propósito o situación particular, sin tener aplicabilidad general.
  3. Bona fide: «de buena fe», se emplea para describir a una persona o entidad que actúa de manera honesta y sin intención de cometer un fraude o engaño.
  4. De facto: significa literalmente “de hecho” y se utiliza para describir una situación o estado de cosas que existe en la práctica o en la realidad, aunque no esté respaldada oficialmente o legalmente.
  5. Habeas corpus: se refiere al recurso legal que garantiza la libertad personal de presentarse ante u Juez para determinar la legalidad de su arresto, protegiendo a las personas contra detenciones arbitrarias o ilegales.
  6. Modus operandi: forma o manera en que una persona, organización o entidad lleva a cabo sus actividades o acciones, especialmente cuando se trata de la comisión de un delito o una conducta específica.
  7. Non bis in idem: principio jurídico por el cual una persona no puede ser castigada dos veces por el mismo delito o infracción una vez que ha sido absuelta o condenada definitivamente por ello.
  8. Nulla poena sine lege: este principio legal establece que una persona no puede ser sancionada por una acción que no esté prohibida expresamente por la ley. “No hay pena sin ley” se encuentra entre los latinismos jurídicos que fundamentan el Estado de Derecho.
  9. Pacta sunt servanda: traducido como “los pactos deben ser cumplidos” establece que los acuerdos, contratos o convenios válidamente celebrados entre las partes deben ser respetados y acatados de buena fe.
  10. Per se: significa «por sí mismo» y se usa para indicar que algo es intrínsecamente o inherentemente cierto, sin necesidad de demostración adicional.
  11. Prima facie: se traduce como «a primera vista» y se emplea para señalar que, basándose en la evidencia disponible inicialmente, un hecho o alegación parece ser cierto, aunque aún debe ser comprobado en mayor profundidad.
  12. Quid pro quo: s e utiliza para describir un intercambio o acuerdo en el que una parte recibe algo a cambio de proporcionar algo de valor similar o equivalente. Esencialmente, representa un trueque o una compensación mutua.
  13. Sine qua non: hace mención de un elemento o condición indispensable y esencial para que algo ocurra o sea válido. Es un requisito necesario sin el cual no se puede lograr un resultado deseado.
  14. Ultra vires: significa «más allá de los poderes» y se usa para indicar que una acción o decisión está fuera de las atribuciones legales o autoridad de una entidad o individuo.
  15. Vocatio legis: o llamado de la ley, es el principio por el cual una norma es invocada o aplicada en un caso específico.

¿Por qué se emplean latinismos jurídicos en el ejercicio del Derecho?

El uso de términos en latín en el ejercicio del Derecho tiene sus raíces en la historia y la tradición del sistema legal. Hay varias razones históricas y prácticas que explican por qué los latinismos siguen siendo una parte esencial del lenguaje jurídico en muchos países y sistemas legales:

  • Legado histórico: el latín fue el idioma utilizado en la antigua Roma, y gran parte del sistema legal moderno tiene sus raíces en el derecho romano.
  • Precisión y claridad: es un lenguaje altamente preciso y estructurado, lo que lo convierte en una opción ideal para expresar conceptos legales complejos de manera clara y concisa.
  • Uniformidad y estandarización: permite establecer una terminología estándar que se aplica de manera uniforme en el ámbito legal.
  • Respeto a la tradición: el uso de latinismos es una manera de mantener una conexión con las bases históricas del Derecho y rendir homenaje a la larga historia legal que ha evolucionado a lo largo de los siglos.
  • Evitar cambios constantes: cambiar todos los términos por equivalentes en el idioma moderno podría generar confusiones y requerir una actualización masiva de documentos y textos legales.
  • Evitar ambigüedades: proporciona una base común de comprensión y evita las confusiones que podrían surgir debido a las diferencias en los sistemas legales de cada país y en sus idiomas nativos.

Conclusión

Los latinismos jurídicos son parte esencial del lenguaje del Derecho, hasta el punto de que han logrado mantener su presencia de forma significativa a lo largo de la historia legal. Por lo cual, comprenderlos es deber fundamental para Abogados, Jueces, estudiantes de Derecho y cualquier profesional relacionado con el ámbito legal.

Aunque, su incorporación o no dentro de los documentos legales, no tiene incidencia directa sobre los procesos de aplicación de Justicia en México, fomentar su uso se ha vuelto parte de las prácticas tradicionales del Derecho, sin que esto contravenga la incorporación de herramientas de tecnología.

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